La Estrategia de Competitividad Regional tiene a su vez una estrategia de financiamiento la cual permite, por un lado, usar los recursos asignados a través de las distintas políticas de promoción de la competitividad que el Estado peruano viene difundiendo, y por otro, articular las intervenciones de las instituciones públicas en función de cadenas productivas priorizadas.
La ECR opera en dos fases. Primero; busca orientar, tanto los recursos corrientes como los de inversión pública hacia pequeños productores rurales para: i) incrementar el valor de sus predios, ii) mejorar la calidad y cantidad de activos fijos y capital de trabajo, iii) brindar acompañamiento técnico en las pequeño y micro unidades productivas, las prácticas, la tecnología, los insumos y finalmente los productos para que luego, estos se puedan concentrar en mayores volúmenes de oferta, y gradualmente se puedan estandarizar. La segunda fase, busca la promoción de negocios inclusivos a través de procesos de inclusión financiera, promoción de mercados de asistencia técnica privada, acceso a mercados de productos, servicios tecnológicos y de innovación promoviendo negocios entre pequeños, medianos y grandes productores.
El proceso de implementación y monitoreo de la ECR se realizará a través de agendas de competitividad que ahora se vienen construyendo. Estas agendas son un instrumento de operación, mantenimiento y gestión de las inversiones públicas que organiza la parte operativa del Plan Regional de Competitividad y que esencialmente permite que las instituciones públicas, lideradas por el Gobierno Regional, puedan promover y facilitar negocios para que los privados, ya sean pequeños, medianos o grandes, puedan concretar transacciones comerciales entre ellos, ampliando las posibilidades de mercado para todos.
Adicionalmente, las agendas permiten que las diferentes instituciones públicas alineen sus intervenciones en función a los requerimientos de cada eslabón de la cadena productiva de los productos seleccionados, esto permite que los presupuestos públicos y otras inversiones de estas instituciones se organicen en función a estos requerimientos logrando que las actividades que realizan puedan ir resolviendo los nudos críticos que impiden que los productores de todo nivel, vinculados a cada cadena productiva, puedan concretar negocios. En esa perspectiva los nudos críticos están relacionados a limitaciones, restricciones o carencias que impiden lograr condiciones ideales desde la base productiva hasta procesos que permitan el acceso a mercados financieros, de tecnología, de mano de obra especializada, de asistencia técnica, de insumos y productos.
Como resultado de este proceso, en la región Puno, el Gobierno Regional en el marco de la ECR, asignó una inversión de 10 millones de nuevos soles a 4 cadenas productivas con capacidad de formar clusters: Derivados lácteos, truchas, alpacas y quinua. De los cuales, en una primera etapa, lograron colocarse un equivalente de NS/.7.5 millones en equipos y maquinaria que permitirá mejorar las prácticas productivas y estandarizar la producción de trucha, quesos madurados, tejidos en alpaca y quinua de 34 organizaciones con 1,444 productores. En la región de La Libertad se han programado 5 millones para cuatro cadenas productivas, quinua, lácteos, tarwi y palta. En esta región el fondo se lanzó en 23 de Julio y se ejecutará en 2 etapas, la primera por 2.5 millones y estará orientada solo a pequeños productores la segunda está programada para finales del año.
En ambas regiones, en el marco de la ECR y utilizando la convocatoria del Procompite se levantó una línea de base con el objetivo de evaluar la competitividad a través de índices específicos de competitividad por cada producto, estos índices consideran la integración de los aspectos económicos, institucionales, productivos, ambientales y sociales necesarios para competitividad en cada producto y así precisar los niveles actuales de competitividad de los productores de los productos bandera priorizados en las regiones de Puno y La Libertad específicamente para 34 organizaciones de productores priorizados inicialmente.
Los resultados de los procesos iniciales de análisis revelan que los sistemas de producción más competitivos en la región Puno son aquellos dedicados al procesamiento de leche y los productores de quinua. Así mismo, se ha podido vislumbrar que la principal debilidad constituye el aspecto tecnológico que resta los niveles de competitividad en todos los sistemas productivos, por lo que resulta fundamental orientar los esfuerzos de los Gobiernos Regionales de Puno y La Libertad hacia programas de asistencia técnica e innovación tecnológica. Esta base de datos así como la línea de base, además de permitir este análisis, permitirán monitorear y evaluar el Procompite y sus efectos e impactos en la competitividad de cada cadena productiva priorizada al tanto de formular nuevos programas y proyectos en base a esta información. (Agroideas, INNOVATE, Fondo Empleo, PSI, etc).
Adicionalmente, el modelo de gestión concertada para la mejora de la competitividad regional en las regiones de Puno y La Libertad nos ha dado la posibilidad de proponer 3 aspectos estratégicos, metodológicos e instrumentales, que bajo los objetivos del Procompite pueden contribuir a la construcción de sinergias a favor de la promoción de la competitividad en el nivel sub nacional.
- 1. Es importante vincular el Procompite con una estrategia regional de competitividad mayor. Esta vinculación permite minimizar los riesgos vinculados a la i) dispersión de los recursos y ii) dispersión de las líneas productivas, ambas dispersiones atomizan la intervención y debilitan la inversión realizada lo que a su vez puede conllevar a un desentendimiento de los objetivos del Procompite y confundirlos con enfoques como los de seguridad alimentaria o programas sociales e incluso promover procesos asistencialistas que lejos de promover la competitividad terminan generando condiciones para la competencia desleal. Los actuales formatos del Procompite, así como los planes de desarrollo concertado regionales/ locales no son suficientes para disminuir este riesgo.
La ECR no sólo es una pauta técnica sino que es un documento vinculante, reconocido formalmente a través de resoluciones ejecutivas regionales que le permiten al gobierno regional, asignar recursos técnicos y presupuestales de la región.
- 2. Es importante contar con bases o reglamentos y formatos regionales y locales que faciliten la participación de los productores en el Procompite en consonancia con la ECR y las líneas priorizadas en ella y que a su vez permitan aprovechar la información de los solicitantes para construir y alimentar por una parte, bases de datos con las que luego se puedan monitorear y fortalecer los procesos, así como generar nuevas propuestas que apalanquen fondos adicionales (agroideas, PSI, Fondo empleo, INOVATE, etc) y por otra parte, elaborar líneas de base que nos permitan evaluar los procesos. La idea es que más adelante estas bases de datos puedan además estar georeferenciadas.
- 3. Es importante vincular las inversiones que se hacen vía Procompite u otras vías similares con la operación y mantenimiento de las mismas a través de las instituciones relacionadas al tema productivo y comercial, contar con agendas de competitividad por cadena productiva, permite articular a las instituciones en función de los eslabones de cada cadena productiva, al tanto que la ejecución de la operación y mantenimiento de las inversiones (Procompite u otros) se da a través de los POIs institucionales y sus respectivos presupuestos ordinarios ya que terminan vinculándose a las prioridades identificadas en cada agenda de competitividad. En ese sentido toda la inversión en equipos, insumos, infraestructura y capacitación que se hayan transferido vía Procompite cuentan con asesoría técnica en el mediano y largo plazo más allá del horizonte temporal de la propuesta productiva.
Las agendas de competitividad, no sólo constituyen una herramienta de gestión para el sector público, sino que principalmente, permite integrar la perspectiva del inversionista privado y colocarla en el centro del análisis de modo que el rol del sector público se constituye en la promoción de condiciones para que los privados grandes y medianos dispongan de mayores oportunidades y facilidades para cerrar negocios con privados pequeños y micro y viceversa.